Epilepsia perros

La epilepsia es el problema neurológico más frecuente en perros y uno de los motivos de consulta más habituales en la Clínica Albacora. Esta semana queremos abordar una primera aproximación a la epilepsia en perros y gatos: conocer sus causas, sus síntomas y cómo actuar ante una posible crisis.

¿Qué origina la epilepsia?

Esta se define como un exceso de actividad eléctrica de neuronas en la corteza cerebral del animal y puede estar causada por múltiples mecanismos. A modo de resumen, las causas se engloban en los siguientes grupos de alteraciones:

  • Vasculares. Por ejemplo, un infarto cerebral.
  • Inflamatorias. Bien por moquillo, PIF (Peritonitis Infecciosa Felina) o meningoencefalitis granulomatosa, entre otras.
  • Traumáticas. Tal es el caso de un traumatismo craneoencefálico.
  • Anomalías estructurales como la hidrocefalia.
  • Metabólicas/Tóxicas. Debido a una hipoglucemia, un déficit de tiamina, una encefalopatía hepática, etc.
  • Idiopáticas. De origen desconocido.
  • Neoplásicas. Tumores como el meningioma o el astrocitoma.
  • Degenerativas. Como por ejemplo, las enfermedades lisosomales.
¿Cómo saber si mi mascota está sufriendo una crisis epiléptica?

Conocer los signos clínicos de la epilepsia nos puede ayudar a detectar a tiempo una crisis. Habitualmente, existen 4 fases en dichas crisis epilépticas, si bien, debemos tener en cuenta que no todas las fases tienen por qué estar siempre presentes y darse en todos los animales por igual.

  • Pródomos. Esta primera fase puede observarse desde días hasta horas antes del ataque. Consiste en cambios de comportamiento, como ansiedad, inquietud o tendencia a esconderse. Se observa en pocos animales.
  • Aura o Preictus. Puede aparecer desde varias horas antes hasta segundos antes del ataque. Mientras que los perros suelen esconderse, buscan al propietario o vomitan, los gatos tienden a mostrar cambios de comportamiento como correr sin rumbo, signos de miedo, agresividad e incoordinación en el tercio posterior, entre otros.
  • Ictus o Fase Ictal. Es el ataque epiléptico en sí.  Suele haber pérdida de consciencia, movimientos involuntarios y convulsiones. Dura desde segundos a pocos minutos.
  • Post-ictal. La última fase de este tipo de crisis puede tener una duración desde pocos minutos a horas o incluso días después del ataque. Hablamos de alteraciones neurológicas como ceguera, marcha compulsiva, desorientación o depresión mental, entre otras.

 

En los siguientes vídeos podemos ver diferentes fases de una crisis epiléptica, desde la propia fase ictal en la que se produce el ataque epiléptico en sí hasta las alteraciones neurológicas presentes en la fase post-ictal.

 

Grupos de edad

La edad de nuestro animal nos puede indicar u orientar sobre la posible causa de sus crisis epilépticas.

  • Cachorros menores de 1 año. Generalmente, cuando un animal cachorro sufre crisis de este tipo, estas suelen tener origen en malformaciones congénitas.
  • De 1 a 5 años. En este edad hablamos de una epilepsia idiopática.
  • Mayores de 5 años. Cuando nuestra mascota avanza en edad y sufre este tipo de convulsiones, las causas más frecuentes suelen ser tumorales, vasculares o inflamatorias.

 

Consejos sobre qué hacer y qué evitar ante una crisis epiléptica

Ver a nuestro animal sufrir este tipo de situaciones y crisis es una situación estresante y desagradable que puede llevar al propietario a tomar decisiones equivocadas o erróneas. A continuación os comentamos algunas recomendaciones sobre cómo comportarnos y qué acciones evitar ante tales situaciones:

Qué hacer
  1. Regla número 1 (posiblemente la más difícil para los propietarios): mantener la calma.
  2. En segundo lugar, asegurarnos de que nuestra mascota tiene las vías respiratorias despejadas. Con mucha precaución retirar con una gasa el posible vómito o espuma de la nariz, si lo hubiese.
  3. Evitar que el animal se lesione o se golpee cuando convulsiona.
  4. Una cuestión clave es medir el tiempo que duran las convulsiones, ya que determinarán si el propietario debe administrar medicación o no. Cuando una convulsión excede los 3 minutos, podremos administrar diacepam, si bien, siguiendo siempre las indicaciones y prescripciones de nuestro veterinario en cuanto a forma de administración y dosis.
Qué no hacer
  1. Es importante no intentar abrirle la boca al animal para intentar que no se trague la lengua. Este hecho no se producirá. Intentar manipular su boca en esta situación es una acción muy peligrosa debido a la rigidez muscular.
  2. No mojarlo con agua. El contacto con el agua no corta una convulsión. Todo lo contrario, puede complicar la situación y derivar en una hipotermia del paciente.

convulsiones perros

Si es la primera vez que nuestro animal convulsiona, se recomienda acudir a consulta con nuestro veterinario para hacer un diagnóstico diferencial de la epilepsia, ya que como hemos mencionado, son muchas las posibles causas.

Si no es la primera vez y nuestra mascota se encuentra bajo tratamiento, debemos avisar a nuestro veterinario para que considere y valore si hay que modificar dicha dosis o cambiar la terapéutica.