Kalle es un cachorro de podenco, recogido por la Sociedad Protectora de Mascotas de Priego de Córdoba, al que su veterinaria, de la Clínica Kibu de Priego, le diagnosticó un problema cardiaco severo, pues presentaba un soplo continuo en la auscultación. Se nos remitió a la Clínica Veterinaria Albacora para realizarle una ecocardiografía. Fue así como diagnosticamos un Conducto Arterioso Persistente (CAP).
El CAP, una de las cardiopatías congénitas más frecuentes en perros
El CAP es una de las cuatro cardiopatías congénitas más frecuentes en el perro y la única que, diagnosticada a tiempo y tratada mediante cirugía o intervencionismo cardíaco, permite al cachorro que la sufre tener una vida totalmente normal.
Una cirugía compleja con momentos críticos
Se valoraron las opciones terapéuticas y se decidió realizar una cirugía convencional para cerrar el conducto arterioso. Para realizar la cirugía hay que acceder al tórax, diseccionar el conducto con mucho cuidado y realizar dos suturas para cerrarlo. Los riesgos asociados a la cirugía son el sangrado por desgarro del conducto (una complicación potencialmente mortal), y la bradicardia ( disminución de la frecuencia cardiaca) asociada al momento del cierre y al aumento de presión en la aorta. En el caso de Kalle, cuando estábamos diseccionando el CAP, se produjo un sangrado importante, fueron momentos muy delicados, pero por suerte pudimos ligar con hemoclips y finalmente terminar la cirugía.
Un perro sano y con nuevo hogar

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